La escudería Red Bull sigue afrontando una pretemporada difícil debido a los inconvenientes técnicos. Primero fue en Jerez y ahora en Bahrein. La única sesión medianamente positiva fue la del jueves con Sebastian Vettel, completando 59 vueltas. Junto a Renault están trabajando mancomunadamente para solucionar los problemas, aunque la constante es la aparición de nuevas fallas. Momento difícil para el equipo austriaco.
Tras la interrupción de ayer durante la última sesión en la que participó Daniel Ricciardo, el coordinador de ingeniería Andy Damerum, expresó: "En la mañana sentimos que estábamos en buena forma. Habíamos completado todo lo que estaba programado y salimos en buen momento. Sin embargo, en la vuelta de instalación de Daniel notamos un problema en el software y tuvimos que devolvernos a lo de la mañana. Salimos de nuevo a la hora de la comida y establecimos 10 vueltas, pero tuvimos que terminar debido a otro problema mecánico.
Daniel regresó y descubrimos algunos daños en el auto, los cuales están siendo investigados y son peor de lo que imaginamos. Los chicos trabajaron realmente duro para solucionarlo y esperábamos salir al final del día, incluso solo para la vuelta de instalación.
Al final no fue posible debido a dos banderas rojas. Ha sido una semana difícil: hemos realizados algunos buenos progresos, especialmente en el segundo día, pero también hemos tenido inconvenientes que nos han retrasado. El equipo de ingeniería regresará a Milton Keynes para planear el siguiente movimiento, y solo podemos mirar hacia adelante e intentar colocar todo en su sitio para el tercer test aquí la próxima semana", concluyó el ingeniero.
En comparación a la escudería Mercedes, referencia actualmente de confiabilidad, Red Bull completó esta semana 116 vueltas. Los alemanes recorrieron 315 giros.